sábado, 25 de abril de 2009

Los futuros

No se sabe cuándo ni cómo aparecieron los futuros de la avenida, su astucia y picardía los hacía inconfundible, sus pequeños pasos intentaban copiar movimientos de los ilusionistas ya experimentados.
Su lugar; un pintoresco y remodelado bulevar adornados con flores y enormes luces, de fondo el monumento llamado Fuente del Milenio. En los pupitres de cemento apoyaban las viejas bicicletas y se unían en un sólo grupo después de apagarse la luz de esperanza.
El mediodía era la hora más esperada para ellos, envueltos en trajes mayores y con sus manos llenas de inocencia pasaban al frente demostrándole al público mediante sus risas y malabares un escenario que escapa de la realidad. La vergüenza parecía no desanimarlos aunque los más pequeños preferían ver el espectáculo desde el pupitre.
Luego de dar la lección diaria, se extendía alguna mano acariciadora en forma de pago, tal vez siendo esa la propina que buscaban luego de hacer sus acrobacias mientras que otros espectadores optaban por seguir con sus manos ocupadas sin importarles lo que sucedía en el frente, tal vez por estar sentados en cómodas butacas, o quizás porque el aire acondicionado o la calefacción alteraban su conducta.
Cada atardecer toman sus bicicletas y se marchan hacia algún lugar, acompañados de risas y un viejo perro que nunca los abandona.
Son los futuros de la avenida los que tiene como institución la calle, observados por los ojos olvidados de la sociedad, sometidos a saltar etapas para convertirse en adultos, pasando por un mundo que cree no tener lugar para ellos.

3 comentarios:

  1. caru lo felicito...
    exelente.

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  2. Muy lindo Mati, dos amigas de la facu te leyeron y les gustó mucho.
    Vamos por mássss!
    Malvi, la colega

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  3. Grande compañero... Magia y talento lo suyo hermano...

    Caranta

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